Un cartón de Lucky, un mechero y una carita soriente
Es el detalle. Sobre todo el detalle de cuidarme. De demostrarme que aunque todo sea tan difícil siempre aparece alguien que ni conocías en tus otras vidas para sacarte una lágrima y preocuparse de tus necesidades mas básicas.
No es el tabaco por supuesto. Es el cariño de la risa contagiosa a través de la ventana.
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