miércoles, 30 de enero de 2013

Reflexión de las 00:47

 


   Nunca dejes un te quiero sin decir. No abraces sin la fuerza suficiente para hacer que los sentimientos traspasen. No sueñes, no te atrevas a soñar, si no vas a ser capaz de luchar por conseguir que se tornen en realidades.

   Uno nunca sabe cuando todo saltará por los aires. No te frenes, no tengas miedo. Disfruta de la experiencia de estar viviendo. Sonríe cuando no haya motivos. Llora, llora mucho. Desahoga y saca fuera todo lo que hace que se arrugue el alma.

   No te despidas con un adiós. Deja siempre la puerta entreabierta.

   Agradece éste milagro.

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