miércoles, 22 de agosto de 2012
Belleza abstracta
Un eterno abrazo
en el que tu rostro y mi pecho
se reflejan
que ahoga mi alma
cómo la gran ola,
la ciudad que hicimos de cúpulas doradas.
Sobre las rocas,
entre las nieblas del agua oscura,
en donde se refleja la luna
y se hace inmensa.
¡Eres un ángel!
pero jamás alcanzo a verte
porque siempre permaneces
a la espera,
porque observas omnisciente
mi letargo
de rosas y espinas,
porque me amas y me odias,
en un eterno sueño azul
de madrugada,
en una mar picada,
de tentáculos y sombras.
Y flotas entre luciérnagas,
cara a cara,
con el astro espejo
de todos mis intentos.
Y tengo miedo de la muerte
que merodea
en al camino,
de ésta noche tan frívola.
Y el luto
cubre mis horizontes y
el cielo se rompe
sin remedio.
Ansío el resplandor de mármoles
del palacio en ruinas
que soñamos,
y tus ojos de gata negra,
vívidos
y mis máscaras,
de plumas blancas
y noctámbulas.
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