viernes, 7 de octubre de 2011

No solo fue un espejismo

   Con una canción puedes llegar a reencontrarte. Aunque solo sea por un momento. Conduciría una vieja camioneta roja -pongamos ford-. Y llevaría puesto un sombrero cowboy, ligeramente echado hacia atrás. Con aire chulo, como el día. Y volvería a pensarme observando lo infinito de la linea blanca que nos separa, a mi camioneta y a mi, del arcén.
   No es otro personaje al que encarno. Simplemente es otra arista. Otro "yo" de los muchos que conozco. Que camina hacia el horizonte por las rutas olvidadas. Con el crepúsculo en un naranja que quema y unos lilas que hipnotizan. "Always wanting you" destino. Casi siempre llego a tú momento pero huyes. Quizá la lógica explica simple de donde venimos y a donde vamos. Vengo de mi para llegar a ti. Ahora tendría que explicar quien soy yo y quien eres tú. Pero no puedo. Y por eso prefiero parar primero y descubrirme.
   Ese tú y yo en realidad, solo soy yo mismo. Lucha de poder entre lo correcto, lo que sueño y lo que sufro por no haber encontrado antes, lo que ni si quiera me he planteado que existe.
   En algún momento, no sé cual, inevitablemente me subí en aquella camioneta (depende del ánimo a veces fue un porsch plateado descapotable) y recorría carreteras entre desiertos. Y encendía cigarrillos largos con cerillas. Y solo esperaba encontrarte.

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