martes, 7 de febrero de 2012

Reflexión

    Hoy estaba pensando un poco en todo y me ha vuelto una idea a la cabeza. ¿Saben esas ideas que te rondan siempre pero que van y vienen dependiendo de las ganas (suyas y tuyas)?. Pues a mi me pasa con ésta. Y no es nada innovador. Normalmente cuando intento llevar algo a cabo en mi vida no se presenta como un ingenio, mas bien intento continuar o rescatar algo que de base es o ha sido bueno para el bien común.
   Pues en esas que estaba yo filosofando en mi trono cuando me sobrevino una especie de nostalgia. Un poco de pena por algo que ni si quiera tuve nunca. ¿Pueden creerlo?. Y después de amasar un poco el conjunto me di cuenta de lo mucho que me gustaría crear una revista literaria...mejor, artística. Sin acotaciones, sin ataduras. Un lugar físico en el que el presente jóven, piense, escriba, fotografíe, pinte, talle, cosa... o lo que quieran que hagan, con el fin último de mover algo en el interior de los demás. No como panfleto humanitario. Que también. Si no como pliego del ser impetuoso que se reafirma y se contradice. Un lugar de intercambio porque el intercambio siempre trae consigo un crecimiento.
   Y puestos a pensar, pensé.
   Y me dio gusto la variedad de nombres de gente que conozco bien o no, y lo mucho que mi optimismo por los demás, se va desbocando. Pensé en gente que escribe como yo... bueno en gente que escribe, yo solo estoy aprendiendo. En gente que pinta o que se pinta verdaderas obras de arte. En gente que con sus manos crea. Y con sus cuerpos... pensé en teatro, en fotografía, en música. Medité unos minutos en la Residencia de Estudiantes y empecer así a adivinar esa nostalgia rara de la que os hablaba al principio.
   No sé, todo esto es algo que está ahí... ni lo emprendo, ni lo descarto. Por ahora solo lo acuño en mi cerebro, esperando inconsciente el momento propicio.

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