domingo, 24 de marzo de 2013

Quién recibe de un amigo un libro tiene 3 tesoros... cultura, un libro y un amigo

   Como dijo el filósofo Fernando Savater, con el que tuve el privilegio de charlar una mañana en el hall de la facultad de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, "mi sueño es el de Picasso; tener mucho dinero para vivir tranquilo cómo los pobres". De momento aglutino en uno de los estantes de mi librería un tesoro compuesto de libros. Hay mas, muchos mas, en mi habitación pero en esta balda están expuestos cómo joyas varios libros que se hinchan de valor por su procedencia más allá de su contenido.
   Parte son comprados por mi mismo durante mis viajes y parte son regalos de gente muy especial que estando a miles de kilómetros de distancia, son capaces de hacerme inmensamente feliz trayéndome un ejemplar de la zona, en su idioma. Si están usados mejor. Si tienen anotaciones de anteriores dueños ya es high class.
   Por ahora la lista de ciudades que a través de ésta fórmula de ser feliz, están en mi poder, o por lo menos en el de mi imaginación son Londres, Ámsterdam, Lisboa, Pekín, Buenos Aires, Lima, Nueva York y Miami. Así es, en algún momento he leído a Hemingway acariciando las páginas que antes pasara algún neoyorquino, o a Lorca en un maravilloso libro de poemas es español con anotaciones a lápiz en holandés, comprado en la plaza de Spui.
   Ser rico no es sólo tener mucho dinero si no darle mucho valor a otras cosas que a simple vista pueden parecer menos importantes. Ser rico es guardar en tu memoria los recuerdos que forjan tu esencia, cómo el rato que pasé con mi mejor amigo en una librería de segunda mano en Notting Hill o la ilusión que me hizo aquel libro de cuentos de fútbol comprado en el mercado de San Telmo de Buenos Aires.
   Ahora espero uno muy especial, de una persona muy especial que vendrá desde Chile y una chilena guapísima me regalo antes el libro rojo de Mao en miniatura cuando visitó con su marido aquel país.
   En definitiva, ser bohemio es lo que tiene. Me gusta mas el olor a libro antiguo que el del papel moneda y creo que eso me regala a su vez ésta maravillosa sensación de poseer el mundo. De conectar con las personas... un inmenso GRACIAS

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