La droga está demodé.
El día se impone con su luz original
sobre las noches.
Sobre todos los reproches
se van posando los años
que sentencian para siempre,
una a uno,
cualesquiera que fueron los daños.
Si tengo que morir que no sea hoy.
Que no sea hoy ni nunca.
Deja que viva todavía
tanto tiempo
que antes muera la luna.
Si no nos queda tiempo
para guardar en la memoria
mas tiempo,
deja que haga un delete
en el pasado que se desvanece
para que se esfumen
los daños
y sólo quede el sitio
dónde pueda verte.
Si tengo que elegir,
un momento.
¡Déjame elegir... de momento!
todo aquel tiempo
que no se escapaba de mis manos.
Y es que entre los quince
y casi los treinta...
no me he dado cuenta
de pagar mis deudas
porque estaba viviendo.
Estaba aprendiendo a ser.
Estaba ganando y perdiendo.
Corriendo, comiendo, sintiendo...
todo aquello que pensaba
que sería eterno.
¡Déjame elegir que jamás me muero!
y que puedo cambiar lo malo que fue
por recordarlo... bueno.
Los coches, las noches y
la falta de dinero,
todo aquello por vivir
mucho mas que el universo.
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