martes, 2 de octubre de 2012

SE VIENE EL OTOÑO, OTRA VEZ

Hoy he comprendido que el otoño siempre llega.


El viento frío ahora recorre el camino sin mas notoriedad que el de las hojas que clarean débiles y deshabitan los árboles enormes del Retiro.

Pudiera pensarse que la naturaleza envejece hoy mas deprisa y desnudas muestra las ramas, y llenas de cadáveres las aceras. Pero no es así, al menos aún no. La naturaleza está mas viva que nunca.


Camino con las manos dentro de los bolsillos como agarrando lo poco que me queda a mi de verde, de verde naturaleza. Sonrío al cielo azul que con la caída de los grados se muestra incluso mas intenso. Siento a veces frío. A veces me despeina el viento que asemeja el grito de los álamos y de los chopos.

Estoy vivo y por ende la naturaleza sigue viva

Al rozar mi sombra el estanque de aguas indecisas que aparece en medio de nuestro descanso, siento también la suave caricia de la brisa del agua. Hoy echo menos en falta el mar que Madrid no pudo hacerse.

Todo el mundo se afana en quejas, escondiéndose en abrigos no del frío sino de ellos mismos. ¡Qué lástima que no sean capaces de sentir que el frío como el calor, como la lluvia o el viento, son solo formas de aviso para no olvidarnos de que tenemos el placer de seguir adelante!

Éstas palabras son en directo. En directo me da la sombra intermitente de un viejo roble que vive a mi espalda. En directo un perro ladra y yo me enciendo otro cigarrillo. En directo de pronto llega a mi oído derecho el nostálgico chillido de un saxo, en directo dejo de escucharlo para guardarlo siempre en un rincón con polvo de mi alma en silencio.

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