martes, 2 de octubre de 2012
Un plan perfecto
[... de un plumazo se le acabó la vida. De veras que el tío tenía huevos. Toda su gris existencia la había pasado trazando un plan. Un plan perfecto que le sacara de esa vida entrampada. Chanchullera.
Desde el principio se colocó una sonrisa de oreja a oreja que hizo de uniforme. No importaba como vinieran, él siempre sonreía. Se ponía serio si no te lo creías pero nunca borraba su sonrisa. Las tuvo buenas. A veces llegaba a casa tarde y manchado de sangre. Otras, aún más tarde y con heridas y golpes. Pero era parte de su plan. La vida tenía que ganársela al resto para poder cumplir sus sueños.
Asomado, en la azotea de su casa, sin camiseta y todo despeinado. Intuyendo su futuro o repasando su historia, -¿qué se yo?-. Un botellín en su mano izquierda. Un cigarrillo o tal vez una pistola en la derecha...]
A veces la muerte te obliga a inventar la vida de tus héroes... perdidos en otras batallas.
Cáceres-Lijó
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