sábado, 11 de agosto de 2012

en el zoo de la vida



   -No eres mas que una hormiga...- le repetían a Joey una y otra vez. Que si no podía aspirar a tal cosa, que si no era momento de soñar, que si todo estaba muy dificil... Una tarde al salir del hormiguero, después de un día, entretenido, cómo todos, fue a hacer una visita al gran maestro Sheldon. Sheldon era una tortuga de las Astrochelys radiata. Muy muy mayor y desde hacía ya mucho tiempo a ella iba todo el mundo en búsqueda de respuestas.  Al llegar a su jaula, Joey se sentía un poco intimidado. Llevaba dos horas caminando desde su hormiguero en la jaula de las cebras y tenía en la cabeza montones de preguntas. Se detuvo en la puerta, respiró... y entró decidido.

   - Buenas tardes hijo, ¿en qué crees que yo puedo ayudarte?
   - Hola -contestó titubeando la hormiga- me llamo Joey y soy una hormiga.
   - Ya veo hijo pero no creo que en eso tengas ninguna duda... ¿qué quieres preguntarme? -le insistió tiernamente la tortuga Sheldon-.
   - Llevo un tiempo con la sensación de frustración en mi hormiguero. Estoy seguro de que trabajo bien y que aporto cosas interesantes que quizá otras hormigas no hagan. Pero no veo mejoras ni incentivos en mi carrera y se me hace todo muy pesado. A veces pienso que mi vida no es mas que levantarme, ir a por una hoja, cargarla sobre mi espalda y llevarla hasta el hormiguero. Sí, a veces parece que las cosas cambian pero solo es que en vez de una hoja llevo una cáscara de pipa. No sé que mas puedo hacer pero me bloqueo.
   - Hijo mío lo que me cuentas me entristece pero primero debes tener la certeza de que lo que dices va 100% acorde con lo que haces.
   - No te entiendo.
   - Pues que a veces nos creemos que los planetas giran en torno a nosotros y olvidamos que el movimiento se demuestra mas con nuestros pasos que con nuestras palabras.
   - Hombre, se que puedo mejorar, de eso no tengo duda. Pero si estoy convencido de ser alguien especial. No soy como las demás hormigas y no me conformo con hacer día tras día lo mismo hasta jubilarme y ponerme a un lado del camino de las hormigas que aún siguen trabajando, viendo como transportan cosas de un sitio a otro.
   - Eso está muy bien pero aunque sean ciertas esas cualidades de las que hablas, debes tener en cuenta que   la vida es una carrera de fondo, en donde no importa lo rápido que vayas si no el tiempo que permaneces. Lo que demuestres tiene que tener una duración y una repercusión en el tiempo. Por muy especial que seas, de nada vale ser un chispazo que ciegue a quienes te rodeen... aspira a ser una llama que los ilumine...

    Y tras terminar la frase Sheldon escondió su cabeza y Joey se quedó inmóvil reflexionando sobre lo que le acababan de revelar.
    ¡A veces es tan dura la vida de una hormiga!

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