A mi que me cuesta tanto valorarme...

   En algún momento de mi búsqueda paré sobre las comas de frases como ésta: "no seas humilde, no eres tan grande"... y hoy que aunque haya amanecido gris, en mi cabeza llueven los colores, me apetece regodearme en éste blog, en sus visitas y sus estadísticas. Que no dejan de ser llamadas de atención para mi Ego, notas de excelencia para el espíritu a veces vapuleado del que crea y quiere salir así al mundo a respirar.
   Aspirar a que te lean, a que en algún momento sientas la necesidad de leerme. Porque uno escribe para ser leído. Porque poco a poco me voy dando cuenta de que ya no es solo un pasatiempo, una vía de escape de cuando eres pequeño y necesitas expresarte. Llevo mas de doce años escribiendo y es ahora cuando me voy creyendo lo que valgo.
   A lo mejor es hasta cruel pero cuando alguien me dice que leyéndome ha llorado, en silencio me cuelgo una medalla porque consigo lo que quiero que es llegar. Eso es gracias a todas mis vidas y las vuestras que he vivido y lo que me invento, y lo que deformo, y lo que amoldo a todas mis historias.
   A mi que me cuesta tanto valorarme...
   Me apetece regalar un guiño, una muestra de complicidad al que me lee. A la gente que sin conocerme me descubre. A los que me conocen y aún así siguen muy cerca.
   Hoy regalo mi cara de asombro a la gente que no sé muy bien como llegan hasta mi blog y me sorprenden leyéndome desde todos los puntos del planeta. GRACIAS. Un gracias inmenso al Reino Unido, a Estados Unidos, a Alemania, a Rusia, a Portugal, a Italia, a México, a Argentina, a Colombia, a la República Dominicana, a Chile, a Uruguay, a la India, a Irán, a China, a Filipinas, a Australia... y a todas y cada una de las personas de estos lugares que en algún momento pasearon por mis frases.

                                          GRACIAS