Se ha ido don Paco de Lucía. Se ha ido porque arriba en el cielo, el quejío de Camarón lo andaba llamando desde hace mucho mucho tiempo. Se ha ido para siempre pero siempre será recordado por las guitarras que desde su adiós, suenan casi sin arte.
¡Qué comience ahora la fiesta en los cielos! qué tus dedos hagan magia y qué los grandes que esperaban tus compases, despierten ahora... y de ahora en adelante, qué no se detenga el flamenco. ¡Qué nunca muera el arte!
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