viernes, 21 de marzo de 2014

Feliz cumpleloquesea, te quiero.

   Hoy. Hoy es otra vez uno de esos días. Las temperaturas bajan y el cielo se nubla siquiera para mostrarte sus respetos. Para acompañarnos y empatizar con nosotros, esta pena rabiosa que brota más si cabe hoy. Porque hoy no estás para celebrar nada, no estás para abrazarte... no estás. Porque hoy todo este cúmulo de sentimientos me colocan en el abismo del dolor. Pero no un dolor literario que con plasmarlo aquí desaparece. Me duele cada parte de mí que te recuerda. Me duelen las manos que no pueden tocarte. Me duelen los brazos que ya jamás conseguirán abrazarte. Me duele la cabeza de todas las veces que mi cerebro lucha con el paso del tiempo por asirte de algún modo a mi recuerdo. Me duele el estómago porque hoy, el nudo que llevo dentro desde hace casi seis años se aprieta de tal forma que hace realmente daño. Me duele el pecho, me duele mucho el pecho porque sentirte sobre todo hoy, se hace muy muy difícil.

   Hoy qué es el día de la poesía te recuerdo en un réquiem profundo y doloroso.

   Mientras estaba hoy, debajo de tu losa, he empezado a pensar en lo que queda de ti. En lo físico. ¿Qué de ti reposa dentro de ese nicho? La foto de la lápida me parece un disfraz y la frase que subraya tu principio y tu fin... no se me va de la cabeza... "nunca te olvidaremos".
 
   Nunca te olvidaremos.

   Nunca te olvidaremos.

   A veces sería más fácil si olvidar fuera factible. Otras veces pienso que olvidarte sería perderme de nuevo.

   Feliz cumpleloquesea, te quiero.

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