Los ojos de Alejandro buscaban en el reflejo del canal un momento de respiro. Le dolía la cabeza de tanto darle vueltas a las cosas. Había dejado todo atrás por ir junto a un amor imposible y se había encontrado con la cruda realidad de bruces (con chichón en la frente del golpe).
Paseó durante 2 o 3 horas por la ciudad. Notó la fatiga y se sentó en un banco a contemplar los quioscos del mercado de las flores. La gente andaba rápido, en busca de cobijo porque el cielo decidió romperse. Las gotas empezaron a calarle tan adentro. Tan dentro que cogió un taxi, un billete para el primer vuelo que le sacara de allí y comenzar a olvidar.
justo has descrito mis pensamientos en este mismo momento...(L)
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