Reconozco que me da vergüenza el halago de la gente que me rodea. Cuando estoy solo es cierto que en ocasiones mi ego se dispara pero "en sociedad", siempre intento ser un descreido de mi valía, no sé si por modestia o porque de forma inconsciente preparo mi oído para el regalo. Sea como fuere cuando me paro a hacer balance del momento se me antoja inevitable sonreir al recordar lo que dice de mi la gente que me rodea e importa.
Siempre he creído en las personas y aunque me he llevado multitud de decepciones, cada pellizco que recibo de nuevo...de otras caras que no mas acaban de llegar, me reconforta. Hace que todo valga un poco mas la pena. Me permite seguir siendo el mas optimista de los que se encuentran con la soga al cuello. El mas valiente dentro de los que por la noche, cuando truena, aún siguen tapándose con las sábanas.
Merece la pena escuchar a los demas. Creo que lo poco que se de ésta vida lo aprendí escuchando.
Me gusta saber que hay mucha gente que cuando tiene un problema piensa en mi. A lo mejor no podre resolverlo pero seguro que voy a parar, escuchar e intentar buscar una solución. El que no tiene nada, como yo, sabe que no tiene algo que perder y se entrega. Creo ser de verdad. Creo de verdad que cada persona que he conocido me ha servido para mucho. Para conocer lo que quiero y lo que no quiero. Para mucho.
Creo que esa aptitud ante los demas te asegura mas felicidad que penas. No cuesta nada estar atento. Conocer lo que inquieta a los demas. Lo que les hace reír. Hasta lo mas mínimo. Estar atento. Decir a todo el mundo lo guapo que está, lo bien que le ha sentado lo que sea. Abrazar y Besar. Acariciar. Tocar. Estar en contacto con el mundo y con los mundos de cada quien. No hay formula mas segura para asegurarte compañía en ésta vida que mostrar interés real por el de al lado.
Gracias
Y como bien te dijo una buena señora... gracias por ser como eres.
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