viernes, 19 de agosto de 2011

AMOR DORADO

    Se tenían delante el uno del otro. Por fin después de tantos años. Las canas, las arrugas, los retoques...no disimulaban ese no se qué especial que siempre habían compartido.
    Después de dos cafés y una puesta al día rápida y completa. Capciosa. Interesada. Entrañable. Los dos se quedaron en silencio:

   - Quizá hemos perdido demasiado tiempo -dijo él mientras se aflojaba el nudo de la corbata-.
   - No se tú pero yo he pensado en ti todos los días. Todos. Durante ésta barbaridad de años -respondió ella sin perder una pizca de la clase que le había otorgado la experiencia-.
   - Yo no. Ese fue mi error. Postrar tu recuerdo al último lugar de mi memoria. Engañarme y engañarte con cada mujer que he estado. Perderme.
   - ¿Perderte?...no creo que te perdieras rey, simplemente cogiste el camino mas largo. Pero al fin llegaste.
   - ¿llegué?...¡llegué!
   - ¿Que día es hoy?, ¿te acuerdas de tú promesa?...seguro que no. Prometiste que siempre estarías para mi y para que te creyera...
   - Prometí estar contigo el día de tu se... cumpleaños -acabo la frase por ella-.
   - Y estás.
   - Pero sabes que ha sido casualidad...
   - Pero estás. No te juzgues cuando yo no lo hago. Estás y ahora solo te toca decidir si hoy de verdad vas a quedarte para siempre.
   

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