Después de dos cafés y una puesta al día rápida y completa. Capciosa. Interesada. Entrañable. Los dos se quedaron en silencio:
- Quizá hemos perdido demasiado tiempo -dijo él mientras se aflojaba el nudo de la corbata-.

- Yo no. Ese fue mi error. Postrar tu recuerdo al último lugar de mi memoria. Engañarme y engañarte con cada mujer que he estado. Perderme.
- ¿Perderte?...no creo que te perdieras rey, simplemente cogiste el camino mas largo. Pero al fin llegaste.
- ¿llegué?...¡llegué!
- ¿Que día es hoy?, ¿te acuerdas de tú promesa?...seguro que no. Prometiste que siempre estarías para mi y para que te creyera...
- Prometí estar contigo el día de tu se... cumpleaños -acabo la frase por ella-.
- Y estás.
- Pero sabes que ha sido casualidad...
- Pero estás. No te juzgues cuando yo no lo hago. Estás y ahora solo te toca decidir si hoy de verdad vas a quedarte para siempre.
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