viernes, 19 de agosto de 2011

CRUEL

    Entonces se desnudó y se metió cuidadosamente en la bañera. Necesitaba por segundos olvidar lo mucho que le pesaban los huesos. Dejar flotar la mente en el océano de recuerdos felices que no saben si son ciertos. Metiendo la cabeza dentro del agua escuchó latir su corazón. Quizá no reparaba en él desde la última taquicardia. Aguantó la respiración lo mas que pudo y de pronto notó una fuerza atrayente desde el fondo de la tina. Sin querer había quitado el tapón y todo se diluía a su alrededor. Dejó de escuchar a su corazón. Su mente sucumbió a la realidad de la nostalgia. Sus huesos fueron quedando fuera de la protección del agua, secos. Pesados...y a partir de ahí, todo siguió como siempre.
las bañeras nos devuelven a nuestro primer estado natural

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