Tú puedes cariñosamente forzarme a que rompa y desahogue
lo que me rompe y me ahoga pero yo no.
Tú puedes estar a todos, ir corriendo a involucrarte,
abrazar, escuchar, dar...
pero yo... pero nosotros no.
Y me desespera porque hace años que me hice consulta, y anclé el diván a mi modus vivendi. Escucha, me dije, y a partir de entonces comencé a descubrirme. No puedo hacer como si nada si te veo serio. No es exagerar querer estar cerca para lo bueno y lo malo. Es ser real. La vida a veces te presenta cosas buenas y otras no tanto.
Y tú me calmas. De forma extraña tu hiperactividad se anestesia conmigo. Y me muestras las cosas como han de ser (me diste una frase para resumir un millón de pensamientos)
Y me haces reír. Haces equipo. Reflejas verdad. Y aunque en ocasiones la caja de Pandora nos explota entre las manos, siempre las tormentas acaban y detrás de ellas por huevos sale el sol.
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