martes, 21 de enero de 2014

"Nada da mas sentido a la vida que el saber que no hay otra"

   Es difícil contarle a unos dedos, y que acierten en el teclado, plasmar lo que uno siente. Esa mezcla de miedo y alegría, orgullo y rabia. Ese sin vivir que llevo dentro ya desde hace algunos años, intentando alimentar mis ganas de comerme el mundo, a sabiendas de la gente que lucha a cara o cruz. Con las certezas de quien ya no puede hacer nada. 3 navajazos en mi alma que a golpe de tornado equilibraron mis días. Y da rabia ir aprendiendo a respirar gracias a un adiós para siempre y el testimonio de dos personas que me cuentan lo mucho que les duelen las venas por querer seguir adelante.
   A veces noto la ausencia del primero. Realmente se echa de menos no verte, no sentirte. Llevo casi 6 años esperando a que aparezcas con tu sonrisa por alguna esquina. Pero no ocurrirá. Llevas demasiado tiempo muerto y ojalá te dieras cuenta y simplemente volvieras. Sacudiéndote el polvo de los hombros y con ese gesto tuyo tan "esto hay que vivirlo". Pero no va a ser así y aunque es algo que jamás abandona la boca de mi estómago, también he de agradecer cada despertar que me regala esta vida y que hasta que te fuiste no era capaz de valorar. Como si con tu marcha, muriera en mi justo la parte que no luchaba por ser de verdad. Realmente me regalaste respuestas.
   Y a veces me queman a mi las venas cuando se que arden ellas, aparcadas en una silla. En una sala donde esperan a jugarse a ver quién vive mas. Se me va la cabeza, buceando en esos momentos sin saber a dónde os llevarán, la interminable lista de  preguntas que os haréis mirando inertes los goteros con la quimio. Cada gesto, cada palabra que viene de vosotras ahora tiene mas trasfondo. Entre los significados y los significante se esconden litros de lágrimas, sabor a hierro y dolores en silencio. Y me aferro a la idea egoísta de pensar que os llega de algún modo, mi abrazo infinito en cada segundo del día que os pienso.
   Son tres personas y tres situaciones que desde 2008 me han hecho creer de veras en la vida. De ver el lado bueno aún conociendo el peor. Que me enseñaron a aprenderme. A respirar profundo cada minuto porque no quiero que se vayan sin mas. A amar cada cara bella con la que me cruzo. A abrazar cada vez mas fuerte. A soñar sin miedos y a luchar a cara de perro contra ellos. A darles las gracias y tener en todos mis días presentes 3 nombres. Adri, Nata y mamá.


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