Yo sabía ya de los Kempes, Ardiles, Gallego, Tarantini, Passarella o Fillol. ¡Y por supuesto de Menotti! Y también del genocida Videla. Pero aunque si emparejaba todos estos nombres a un periodo concreto, no tenía la certeza de que cuando se cantaban goles de la Argentina, al tiempo había muchos otros argentinos gritando de dolor, siendo torturados por un régimen que con la excusa del mundial quiso dar legitimidad mediática a un gobierno basado en la falta de libertades, la persecución, el miedo y el asesinato.
En Argentina´78 se jugó al fútbol. Seguro. La gente necesitaba celebrar. La vida aún en los momentos mas complejos se abre paso y tiene que hacerlo. El fútbol es el opio conque los argentinos gritaron al unísono, cada uno con una motivación distinta. Gritaban también las madres de la plaza mayo. Gritaban los militares festejando y gritaban otros miles también de rabia.
Todo estaba orquestado para que el fútbol fuera lo menos importante pero que a la vez distrajera la mirada de 25 millones de argentinos. Para que se pasearan altas autoridades internacionales haciendo gala de la connivencia con el régimen, o para que la bochornosa FIFA le cediera el fútbol a la causa fascista del general Videla. Para todos ellos lo de menos fue el fútbol.
Por otro lado estaban los jugadores. Y Menotti con su pasado como militante del partido comunista argentino. Y en cada charla les arengaba a olvidar el calibre de la pistola que cada uno sentía sobre su nuca por mirar con la cabeza alta a aquellos por los que jugaban. Los del pueblo. Los que solo querían celebrar algo. Un mundial como sinónimo de paz embotellada para un alma que en tiempos de Videla carecía de valor. Me refiero al alma de los argentinos libres. De la Argentina que gritó y grita ¡Videla genocida!
pongo el enlace del video 1 de 5, y ya en youtube podréis ver el resto
No hay comentarios:
Publicar un comentario