Gracias por pedirme perdón...
La vida es algo mucho mas sencillo. Digamos que todo comienza en lo alto de la montaña, justo cuando acaban los inviernos. Y tras el deshielo, comenzamos a navegar el adolescente río que va buscando por donde ir. Por donde extenderse. Que abarcar. Y es irremediable que al final de todo ese viaje nuestra esencia acabe encontrando la sal de todo este trayecto en otras aguas, ya mas tranquilas. Pausadas y rítmicas como lo son las olas que acunan el mar de nuestro destino. Y allí, allí se y nunca he tenido dudas. Ahí es obvio que naufragaremos juntos. Porque navegar eternamente supone no haber vivido de veras. Y se que allí, acabaré feliz hundiéndome para siempre con todos los corazones que como el tuyo... han hecho que el mio latiera de felicidad.
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