A lo lejos el brillo de la carrocería de un gran Studebaker descapotable negro, rompía la sincronía de blancos de las casas de la calle de Santiago. En él traían al pequeño para su bautismo. El coche era del hijo, de Miguel Moya periodista y cuñado del doctor Gregorio Marañon.
La iglesia estaba llena. Muchísimos años antes, cómo quinientos, se casó allí una hija de la Reina Isabel y Don Fernando con Don Manuel "el Afortunado", Rey de Portugal...
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