Dicen que es la primera gran crisis de nuestra vida. Algo así como que nos damos cuenta de que ya hemos vivido un cuarto de ella. Mi padre lo diría de otro modo "-ya he dado casi 30 vueltas alrededor del sol-". Y es que en cierto modo la vida no deja de ser una carrera por etapas.
Se supone que tu círculo de amigos se reduce pero yo creo que simplemente se hace mas especial, el número da igual y personalmente tengo los mismos amigos o mas que antes, así que empezaré desmintiendo ese mito. El número y la calidad de amigos que tengas es cosa tuya, lo que te merezcas, lo que te trabajes y alimentes. Igual que eso de que ahora es mas difícil coordinarte con ellos por horarios que antes no había pero soy de la opinión de que las cosas se hacen queriendo hacerlas. Frase a desechar "-¡A ver si nos vemos!-", si quieres ver a alguien le llamas y ya está.
Algo que leí en un blog si que me llamó mucho la atención. Decía algo así como que en ésta época de la vida ríes con mas ganas pero lloras con menos lágrimas. Quizá sea cierto. Yo que soy un llorón empedernido doy fe de que antes lloraba mares por cualquier cosa y ahora me emociono muchísimo pero ya no me ahogo entre lágrimas... y reír me río muchísimo. Será que vemos las cosas con mas perspectiva y reímos por si llega el día en que no tengamos ganas.
También es cierto que ahora nos damos cuenta de que el tiempo no cura las heridas y lo único que hace es trivializar todo. Por lo que se nos iba la vida antes, ahora ni pestañeamos y te entristece un poco pensar que hay cosas o personas que simplemente dejaron de importarte.
Ahora es el momento de tomar decisiones. Sabes que el tiempo pasa y que tus padres no podrán tomarlas por ti. Te das cuenta también lo importante que es abrir tu mente hacia todo lo que te rodea y hacia todos los que te rodean. Que no eres dueño de la verdad absoluta y, que escuchando aprendes y callando muestras respeto por los demás. Que hay que valorar los pequeños detalles. Una tarde de cervezas entre amigos, un atardecer, un partido de fútbol o que te cojan de la mano mientras andas... y que hay palabras que valen oro como amistad, lealtad, amor o confianza (y si no las cuidas a diario dejan de tener sentido).
Ahora una noche de fiesta implica 3 días de resaca y cobra importancia ver empezar los días. Los rollos de una noche te aburren y esperas el calor de unos brazos al llegar a casa y el cariño desinteresado de alguien para el que eres una prioridad. Ya, los borrachos no hacen tanta gracia.
Es tiempo de ir empezando a tener claro lo que quieres en la vida y sobre todo lo que no quieres. Dejar ir el pasado de una vez y disfrutar de este preciso momento que es, en definitiva, el que te acercará al futuro que deseas. ¿Se supone que tenemos que echar de menos los 15 o los 16? La nostalgia con medida es justicia con tu propia historia pero yo me quedo con el día que vendrá.
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