martes, 19 de febrero de 2013

A veces la vida puede ser maravillosa...

   En un juego de sábanas dónde desaparecen nuestras piernas
que bailan juntas,
al compás de la música de nuestras ganas.
Y me ganas y te gano
y cada vez me dan mas ganas de decirte que te amo
pero no lo haré por prudencia...
porque aún nos quedan miles de significados
por descubrir.

   A veces la vida puede ser maravillosa...
otras... también.

   ¿Y qué mas da si chirría mi cama?
¿Qué nos importa que nos oigan,
si será para envidiarnos?
Si nos odian por enamorarnos,
responderemos con mas besos.
Si tal vez nos perdemos paseando,
búscame en alguna de las ciudades 
que ya hemos conquistado.
Persigámonos entre canales por Ámsterdan
o en Lisboa por Chiado o por el Barrio Alto,
explayémonos por La Concha o Altafulla
para acabar siempre por Madrid, andando.
Y es que quedan tantas cosas por hacer
que igual el día menos pensado...
me propongo mas locuras.
Tal vez... el día menos pensado.

lunes, 18 de febrero de 2013

Cartas a las palabras I

Querida Inspiración;

   Hoy que ya no es hoy y por eso no merecemos fecha alguna, te escribo sin escribir, sin tinta, ni papel. Debía avisarte con mi presencia que hace ya mucho tiempo que no me desvelas en el sueño. Quizá ni siquiera sueño. Y tu mejor que nadie sabes que un escritor sin sueños no es nada, quizá un escriba o un redactor de sucesos en el periódico local de un pueblo abandonado.

   Siento asaltarte así, directo y frío. A ti, que deberías darme los sentimientos que hagan traspasar las letras inertes de un papel a las venas y a las palpitaciones de quién me lea. ¡Tu eres quién no puede permitir que se sequen los bolígrafos y amarilleen los folios! Pero no lo haces, y siento ser así, directo y frío. Repetitivo. Monotema. Aburrido. Todo lo contrario a creativo.

   Antes venías tras cualquier lectura. Te podía ver, cuando callado observo el mundo que me rodea. Y juntos íbamos inventando la historia a partir de un rostro, una manos, una sombra... ¿Qué te pasa? Parece que te dejo atrás cuando te creo tan imprescindible. Y no sé cómo alimentar tu espíritu que intuyo en caos cómo mi propia existencia. Querida inspiración creo que es hora que pongamos las cartas sobre la mesa. Que tengamos un cara a cara. Que nos sentemos en el quicio de una pluma gigante y comencemos de una vez por todas a crear. Yo te prometo constancia pero júrame que no habrá un sólo folio mas en blanco. Yo leeré hasta que se me nublen las horas y escribiré hasta con mi sangre si es necesario pero muéstrame la verdad de mi naturaleza y déjame que huela ya el laurel, inconsciente, de la corona de mi más íntimo universo.

   Por favor, no hagas que pierda la fe en ti. Aunque empiezo a pensar que escribir se parece mas a un puesto de funcionario que al de un artista. Y si tengo que ponerme horarios por lo menos ven a hacerme compañía.

  Espero verte pronto, de verdad. Y seguir con nuestro idilio tan felino cómo ineludible. Te espero en el lugar  de siempre presto a desnudarnos. A trabajarte. A perseguirte y soplarte. 



PD: vuelve y me harás volver


sábado, 16 de febrero de 2013

Fuiste noches, volviste y tenías que volar

Tenías que volver para darme cuenta de que hace ya mucho tiempo que te fuiste.
Tenías que volver y te fuiste de mis necesidades, de mi presente y de mis noches.
Tenías que volver y yo tenía que recordarte en voz alta
para tener la certeza de que en realidad hoy, no mereces mas la pena.

Tenías que volver para creer que nunca fuiste suficiente.
Tenías que volver y volviste,
tenías que volver y prometiste lo que sabías que no ibas a cumplir.
Tenías que ser y ahora por fin lo eres,
pasado...
y yo tenía que entenderte así
para poder volver a no esperarte.

Tenías que dolerme para que hoy te piense con un guiño.
Tenías que volver por ti, creo,
pero ahora veo que por mi, en realidad,
lo mejor que pudiste hacer
fue... no ser nada mas.

Tenías que entrar en mi vida y salir,
tenías que darme las armas y volar,
tenías que haberme necesitado
para que estar siempre a tu lado
no dependiera de las distancias.

Tenías que volver y volviste
para llenar con otro nombre
el significado de la palabra nostalgia.

Tenías que necesitarme,
tenías que quererme y buscarme
tenías todo mi pecho en tus manos
y mi manos para todos tus miedos
pero tenías que volver antes
de que te dejara de echar de menos
y antes, mucho antes,
de que dejaras de ser imprescindible...
de que ya no tenga ganas,
porque ya no te pienso en mis mañanas
y ni siquiera en mis reproches.

Si hubieras vuelto en alguna de aquellas noches...