Cuantísimo tiempo hacía que no le veía,ni siquiera se me ha pasado su imagen por mi cerebro en éstos años.
Le recuerdo de chico,iba y venía siempre con su padre de hacer recados.Iban los dos juntos a por el pan,a por el periódico...siempre los 2.Su padre me producía una sensación extraña,de desconfianza.Era un padre mayor,serio,de pelo cano y gafas severas.Su cara era de resignación rencorosa como si el mundo le pesase pero aún con todo el hecho de verle siempre con su hijo me enternecía.Miguel debe tener mas o menos mi edad aunque siempre lo hemos visto como un niño de 12 años.Caminaba disperso,con el hombro derecho ligeramente caído y descoordinado.Su rostro no reflejaba mas que sensaciones abstractas...la mirada perdida,como si sus expresiones faciales durmieran eternamente.Nunca le oi hablar,ni siquiera se si podía.Pero en él y en su padre veía algo que me reconfortaba.
El otro día los vi.Era de noche y estaban los 2 sentados en el banco de al lado del kiosko.No hablaban.Miguel miraba por encima de las azoteas del pequeño bloque de pisos de en frente.Estaba igual,mas largo y espigado y con cierta pelusilla en el bigote(cada año suyo parecieran 5 míos).Su padre miraba las puntas de sus zapatos troquelados.El pelo lo tenía ahora compleamente blanco y su mirada se había caído un poco dandole una apariencia lastimosa.
¿Y si nuestras vidas fueran solo eso?...¿un sin fin de horas mirando por encima de los edificios y larguisimas charlas en silencio?